Paraguas



Esta primavera me voy a enamorar, creo que Palito Ortega cantaba algo así, aunque no lo tengo claro, era un cantante de mi infancia y mis recuerdos de esa época los tengo muy seleccionados. Cosa de la edad. Mi cerebro decide por mí. Pero bueno, me desvío, y en realidad quería contaros lo que me sucedió ayer por la tarde mientras esperaba a mi hijo, sentado en una cafetería. Espero que os guste.

Llueve
Giro mi cabeza y miró por la ventana. Continua a llover suavemente.
Los paraguas se mueven como en un baile lento a través de la calle. Entonces imagino a la gente que va debajo de ellos.
Veo uno de color negro, tiene que ser un hombre, será formal, serio preocupado por la economía, va vestido de traje gris, seguro sí, gris.
Otro, este es color crema, ¡qué rápido va!, lleva un logotipo, ¡de propaganda!, este es de una ama de casa, va con prisa, a buscar a los niños, que salen de la piscina, después al supermercado, más tarde a buscar los trajes a la tintorería, hoy salen las revistas de mi marido, me pasaré por la papeleria, creo que se le olvida algo, vuelve para atrás.
Este no va tan rápido, es de rayas, sí, como le dicen, tipo Bluberrys, o algo así, el bolso va a juego, y los zapatos, por supuesto, madre, lo que se ha gastado, no en dinero sino en gusto, se le ha agotado el gusto, esta mujer es de las que aparenta mucho, pero cuando te invitan a casa te ponen de postre con el té, porque ahora se toma té, las pastas que están de oferta en el supermercado, huummm, deliciosas.
Mira a ese se le ha roto el paraguas, el viento es fuerte ahora, dentro de poco ya no estará lloviendo, que pena, me gusta mirar por la ventana mientras llueve.


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