Una última reflexión

No me resisto a redactar una última nota en la bitácora. Ya sé que es de horteras desear feliz año a los demás, es complicado que durante 365 días vaya nadie a ser feliz en todos y cada uno de los momentos que vivímos, es una exageración, y en estas fechas navideñas la exageración campa a sus anchas por doquier.

Una reflexión: ayer por la tarde conversaba con una conocida en referencia a las fiestas navideñas y su lógica, la conclusión era demoledora, Jesús nació más o menos durante los meses de septiembre y octubre, los reyes magos acudierón a visitar al mesías en torno a dos años después de su nacimiento, realmente el paso de un año a otro es una fiesta pagana, el 25 de diciembre se celebran las saturnales romanas. Nada coíncide con la realidad.

¿Pero, no es una costumbre de la religión cristiana apropiarse de otras costumbres?, la respuesta es obvia, y yo todavía decoro mi casa con belenes, árbol, luces, deseo Bo Nadal y próspero ano novo, ¿por qué?.

Mi reflexión es que en estas fechas vuelvo a sentir emociones olvidadas, sentidas en la infancia feliz que disfrute en la calle Falperra, con fiestas llenas de alegría, regalos y buenos deseos, me apetece recuperar esas emociones y que mis hijos también las sientan. Es una respuesta fácil.

Bueno, pues eso:

Feliz Año a todos

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