Lo mejor de Sir Tim O`Teo

Me encantaría ir a tomar una pinta al Ave Turuta. ¿A ti, no?.

En esta excepcional recopilación se han unido por primera vez cinco obras extensas del personaje que, desde una perspectiva humorística, parodiaba al famoso investigador británico creado por Sir Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes.

En estas 232 coloreadas páginas, disfrutamos a un tamaño grande del personaje más conocido de Raf, Joan Rafart, que nos hizo disfrutar a millares de niños que buscábamos en la páginas de las historietas una evasión a nuestra niñez, encontrábamos risas, golpes, bromas con gracia de fantasmas señoriales, equivocaciones resueltas por un ágil mayordomo.



En estas cinco historias se muestra con virtuosismo los elementos básicos de una historia de humor, argumento sencillo, viajes a tierras exóticas con percances, confusiones, giros inesperados, pequeñas rencillas humanas, sentimientos de amistad y envidias cotidianas que si bien son aderezadas con un rolls royce, una mansión británica, pubs, Bobys británicos, realmente podrían suceder en cualquier calle de una capital de provincia gallega.

Uno de los aspectos que más me gustaba de Raf era su buen hacer en el dibujo de coches, que en otros dibujantes de la época se empleaba menos tiempo y menos detalles; también los escenarios donde se sitúa la acción son decorados con típicos elementos de las zonas descritas. Algo a destacar teniendo en cuenta las fechas de entregas tan justas que debían tener los autores en esa era donde la competencia en el cordel del quiosco era atroz. 

Bruguera desde que ha modificado su editor, comienza a tener un criterio interesante en cuanto a ediciones clásicas. Es todo un acierto este nueva recuperación de un autor y personaje que considero debe estar en cualquier estantería de un coleccionista. Tapa dura y en tamaño grande, 218 x 303 mm, para disfrutar de una obra imprescindible.

Lo mejor de Sir Tim O´Theo. Es un ejercicio de memoria biográfica: Me lleva a recordar escenas infantiles de compartir experiencias, bromas, cuando jugabas en la polvorienta calle con las canicas, mientras decidías ir la quiosco a ver si salió el último Mortadelo. Con las vueltas de los recados de mi abuela.

Soy algo mayor, lo sé.

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