Bezimena

Considerar a esta excepcional y dramática historia como una novela gráfica sería una clasificación demasiado simple o sencilla; estamos ante una sucesión gráfica de ilustraciones realizadas con una maestría que se observa en la cantidad de detalles gráficos que la autora realiza en cantidad de detalles que el grafismo convierte en metáforas narrativas, en palabras, sonidos, olores, transportando a los sentidos del lector por una realidad distinta del papel que sujetas en tus manos.

Puedo permanecer durante un buen tiempo en cada página, y no querer pasar a la siguiente.

El argumento que desenvuelve Nina Bunjevac es la historia de Benny, en apariencia, un joven como los demás, nacido en una familia acomodada, pero con una visión distinta de la realidad que conforma una personalidad más confusa.

Su deseo sexual es el motor fundamental de su conducta.

Este deseo conlleva a que sus ilusiones se transformen en fantasías que procura llevar a cabo de forma consciente.
La relación entre deseo-fantasía-realidad se puede contemplar como el eje central sobre el que gira esta narración gráfica acerca del maltrato físico en las relaciones sexuales.

La obra se describe empleando variedades cromáticas de sombreado negro, gris, con el blanco como tonalidad sugerente, que nos conduce a nuestra mirada hacía una luz en una negra historia de dolor y excitación.

Nuevamente Reservoir Books, con la excelente traducción de Montse Meneses Vilar, edita una obra imprescindible en la narrativa gráfica actual y que tiene como argumento la biografía de un maltratador sexual.

La descripción detallista de la conducta del protagonista, su planes de acción, fantasias, anhelos, conducen a que como lectores nos adentremos en un complejo entramado de personalidad oculto en parte para sí mismo.

Hay quien dice que, si no se aprende una lección, volverá a repetirse con más intensidad.


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