Uñas y dientes

 Varias son las series de investigadores que me encuentro en las estanterías de librerías de ocasión e de vello; Me apasiona buscar. Puedo acudi momentos del día o de la semana sólo con la intención insana de desconectar y adentrarme en mi adicción, y buscar, buscar algo que me pueda proporcionar la satisfacción del coleccionista, aumentar y engordar hasta tener la colección completa.

Y esto es debido a que en ocasiones, me he dejado llevar por la inercia de un título caprichoso, el nombre de un autor que me suena, la sinopsis de una contraportada intrigante, la foto atractiva de una portada, pequeños detalles que se convierten en cebos de una necesidad de satisfacción adictiva.

Era en verano. El fresco de la tienda invitaba a una visita algo más que fugaz. En la estantería de misterio y fantasía dos obras de Ian Ranquin llegan a mis neuronas. 

Poco sé de él. autor escoces de 62 años actualmente y con una extensa lista de publicaciones, la gran mayoría traducidas al español, a su espalda.

Me los llevo.

Mi primer contacto es uñas y dientes. Un caso del inspector John Rebus dice el subtítulo en blanco sobre portada negra. Serie Negra. 162. RBA. Traducción de Francisco Martín Arribas.

El inspector John Rebus abandona el duro norte y es nombrado colaborador de Scotland Yard en una investigación complicada de crímenes muy similares a los que realizó Jack el Destripador hace unos siglos en las frías calles de London.

El complicado temperamento del recio investigador no facilitará su relación con colegas y compañeros asesores que ven en su triste y solitaria figura algo más molesto que un grano en el culo. Rebus buscará en solitario cómo encontrar, sin destrozar la imagen pública de la policía a este escurridizo asesino en serie. Para ello empleará su visión más cínica y hostil de la mente humana. Algo en lo que parece ser experto.

Me ha gustado el estilo directo y simple de Ranquin; ningún adjetivo, adverbio o sustantivo son añadidos estéticos. Cada línea, frase, párrafo tienen una función descriptiva, inducen a una reflexión en el lector. 

Son un bisturí que disecciona limpiamente una personalidad compleja, un carácter, un entorno social, o un ambiente cautivador, nunca neutro, con matices, es algo que en ocasiones es difícil de encontrar en la narrativa actual policíaca.

La abundancia de diálogos convierten a la novela en una obra con un ritmo descriptivo ágil, acción policíaca habitual, escena con cadáver, pistas, búsqueda, callejón sin salida; nueva escena con cadáver, presión política, periodística, etc.. Ritmo clásico de novela con asesino en serie. No engaña.

Podemos clasificarla como una novela claramente de género policíaco que no sorprende ni engaña al lector que busca este tipo de entretenimiento; encontrarás lo que buscas. Si eso es lectura de evasión y cierta crítica social o crónica con un toque de anti humanismo propio del sistema capitalista reinante en el mundo occidental.

Rematé de leer y pensé:

-¡Qué suerte, tengo otra más pendiente de leer....allá voy!



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